Hoy vamos a explicarte un proceso que probablemente no sepas siquiera que existe. Se trata del proceso que seguimos para definir el tipo de embalaje ideal para cada producto que nuestros clientes deben transportar. Porque desde fuera puede parecer que es tan sencillo como escoger un formato de caja y un grosor del cartón que garantice la resistencia del embalaje en cualquier circunstancia. Pero ninguna de esas dos decisiones –elección del formato de la caja y elección del grosor del cartón– es tan sencilla como parece a primera vista. Lo fácil, desde luego, es sobredimensionar la calidad del cartón para así curarnos en salud. Porque sabemos que, si escogemos una calidad alta de cartón, la caja resistirá prácticamente cualquier circunstancia a menos que surja algún factor imprevisible. Pero eso no es diseño de embalaje ni optimización de los recursos disponibles. Los profesionales del cartón debemos saber recomendar una calidad del cartón que optimice al máximo la relación función-coste, siempre contando con un margen de seguridad. Para ello, tenemos que saber valorar las características específicas del tipo de producto que se va a transportar, así como las condiciones del transporte. Y en función de todo ello, calcular qué formato de caja conviene más y qué calidad del cartón es la óptima para proteger perfectamente lo que transportas sin gastar más de la cuenta. En una palabra: definir el tipo de embalaje ideal para tu producto. ¿Quieres saber todo lo que hay que tener en cuenta? Pues aquí te lo explicamos.
Una vez sabemos si el producto que vamos a transportar nos va a ayudar en la tarea, tenemos que definir la calidad del cartón. Para ello, utilizamos unas ecuaciones que tienen en cuenta los siguientes aspectos:
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta?
Lo primero a tener en cuenta es si el producto que vamos a transportar nos ayuda a ser transportado o no. En este sentido, debemos diferenciar entre:- Productos portantes (que soportan su propio peso entre sí): es el caso de botellas, latas, tubos, etc. En estos casos, la calidad del cartón podrá ser mínima.
- Productos no portantes (que no soportan su propio peso entre sí): es el caso de bollería, catering, pasteles…
- Productos con un porcentaje de portabilidad: tetrabriks y otros paquetes.
- El peso del producto
- Si los productos se apilan o no (y cuántos)
- Si se remontan palets
- Cuánto tiempo va estar almacenando la carga
- Humedad y temperatura a la que estará expuesto el paquete